Torroja sigue promocionando su gira, ahora en Cataluña donde actúa el 10. Aquí entrevistas y actuaciones para periódicos de allí: El Periódico y La Vanguardia.
Torroja continues promoting her tour, now in Catalonia where she performs on the 10th. Here are interview and performances for newspapers from there: El Periódico & La Vanguardia in Spanish.
[El Periódico de Cataluña]
Ana Torroja, una de las voces más reconocibles del panorama español, ha decidido pasar revista a su carrera con Soy, el espectáculo que el próximo jueves 10 recalará en el Palau de la Música. "Con el título ya lo digo todo: muestro lo que soy, musicalmente hablando", explica la intérprete de Hijo de la luna. El recorrido es cronológico. "Desde la etapa de Mecano hasta mis éxitos de hoy y de siempre. La banda sonora de mi vida", puntualiza.
El legado de Mecano ha ido nutriendo también, y con periodicidad, su trayectoria en solitario. En el 2006, por ejemplo, grabó los éxitos del conjunto en un disco que desprendía sinceridad ya en el título:Me cuesta tanto olvidarte. Pero poco sospechaba que se armaría tal revuelo cuando el eterno rumor de un posible regreso se dio por hecho y hasta apareció como titular de portada de un diario.
"La realidad es que se empezó a hablar de una posible reunión ya el año pasado, pero es algo que de suceder, no será hasta el 2013. Hay muchas cosas que encajar en el puzle. Y es importante decir que es algo que anunciaríamos los tres", explica, sin aclarar demasiado, dejando espacio para cualquier posibilidad.
ETERNA SONRISA
En Soy, la pieza elegida para titular su show, canta: "Sonreír es una luz que me alimenta". A diferencia de otras canciones, ella no es la autora. "Pero me calca a la perfección. Enfrentarme cada día a todo con una sonrisa me resulta beneficioso y productivo, y más en los tiempos que corren. Uno tiende a compadecerse, a hacerse la víctima, y se olvida de que hay que levantarse con fuerza y optimismo". "Tengo una sonrisa para regalarte", insiste en Sonrisa, la pieza que bautiza su último compacto. "Será que sí: que soy la eterna sonrisa", declara, entre risas.
En su debut televisivo como jurado en el popular concurso El número uno, ella acostumbra a ser la cara más amable. El anti-Risto, vaya. "Una de las cosas que me gustó del programa es que no había que hacer ningún papel, cada uno es uno mismo. Y sí, yo trato de aconsejar con una sonrisa, si es posible".
EN FEMENINO
La artista pulsa el replay y recuerda que conoció a los hermanos Nacho y José María Cano colándose en una fiesta. "Sí, sí, como en la canción. Luego me pidieron que les acompañara, que cantara unos coros, nos presentamos a la discográfica y...". ¿Entró en acción La fuerza del destino? "Sí (risas)". Con Mecano, Torroja siempre cantaba en masculino. ¿Se sintió liberada cuando ya en solitario pudo cambiar el género? ¿Y por qué sus coristas son ahora chicos? "Pues sí. Y también es cierto que he cambiado el formato. Me apetecía que mi voz se arropara con chicos; sus coros quedan muy bien. Es algo que no había hecho y siento que mi voz suena más ligera".
La artista lleva años implicada en la creación de una aldea cultural en Malí, que diseñará el estudio de arquitectura Patrimonio48. "Formo parte del patronato de la fundación Voces y está previsto que monte una exposición de fotos de mis viajes allí para recaudar fondos", adelanta. ¿Y qué más le deparará el destino? "Solo puedo decir que mi próximo disco será de concepto y tendrá que ver con Japón". Ni Hawái ni Bombay.
[La Vanguardia]
"Si tienes un día marrón, siéntelo"
Tengo 52 años. Nací en Madrid, vivo en Tarifa. Estoy casada y tengo una hija de 6 años, Jara. A la larga, esta crisis de todo (sistema, valores. . . ) será buena porque nos obliga a replantear las bases. Creo en el destino, estamos aquí por y para algo, me acerco a la filosofía budista
Madurez
Era la mayor de una familia bien y feliz de seis hermanos. Conoció a José María Cano a los 14 años y vivieron un amor adolescente del que nació un dúo amateur al que poco después se unió Nacho Cano y formaron Mecano, el grupo español que más discos ha vendido en todo el mundo. El grupo se separó hace veinte años y Ana buscó el anonimato en Nueva York y Londres, donde vivió diez años, y arrancó su carrera en solitario. Ha grabado cinco álbumes, se ha casado, ha tenido una hija y se ha ido a vivir al campo. Ahora sale de su paraíso para hacer una gira por toda España, Soy, un viaje por la banda sonora de su vida. El jueves estará en el Palau de la Música de Barcelona.
Quién es usted?
Una persona accesible que cree que su destino es hacer felices a los demás.
Bonito destino.
El peligro es abandonarte a ti misma queriendo ayudar a los otros. Cuando ocurre, te quedas como vacía.
¿Muchos desengaños?
Sí, porque me implico y me entrego a tope.
Algo hará mal.
Estoy trabajando en ello. A raíz de un accidente de coche hace tres años, en el que íbamos seis y sobrevivimos cinco, estoy en terapia.
¿Qué ocurrió?
Íbamos a celebrar el cumpleaños de mi marido y se nos cruzó una furgoneta. La vida es tan imprevisible que lo único que tiene sentido es vivirla al minuto, algo que antes del accidente no siempre conseguía.
¿Qué ha descubierto analizándose?
"Eso de ayudar a los demás está muy bien -me decía Paco, mi terapeuta-, pero debes ocuparte de tu niña interior, que la tienes muy abandonada"; y lo estoy consiguiendo.
¿Cómo?
Si tienes un día marrón, siéntelo, no intentes cambiarlo. Ser fuerte no significa ir contra el proceso que tienes que vivir, porque eso es crecimiento.
Ha vivido mucho y aceleradamente.
He vivido mucho, pero me gusta tomarme mi tiempo. En mi carrera hay bastante espacio entre un disco y otro o una gira y otra.
¿Qué ha sido lo más doloroso?
La muerte de mi madre cuando yo tenía 25 años y que no superé hasta que hice esta terapia, 25 años más tarde. Me di cuenta de que cuando tenía que separarme de mi hija lo pasaba muy mal; incluso en una gira tuve tanta angustia que no podía cantar.
...
Gracias a Paco entendí que se debía a que no había podido despedirme de mi madre.
Estaba de gira.
Sí. Cuando la vi, la sacaron de un cajón. Ahora he podido despedirme. Era la persona con la que compartir; la tengo muy presente y sé que le hubiera encantado verme como estoy ahora: feliz con mi marido y mi hija, porque mis relaciones sentimentales fueron caóticas.
¿Sabe por qué?
No es fácil que un hombre entienda mi profesión, siempre viajando, y el hecho de que tú seas más protagonista que ellos tampoco lo llevaban bien. Añada a eso los bulos que salían, de que eras novia de este o de otro.
¿Desgasta mucho compartir escenarios en un grupo de tres?
Sí. Yo era el palo de la balanza, siempre tenía que lidiar entre ellos, pero aprendí mucho, ambos tienen mucho talento.
¿Cuándo empezó a componer canciones?
Nacho me pidió que hiciera el estribillo de una canción que no le salía. Yo soy insegura, no siempre creo en mí misma, y me tiré una semana sin dormir para escribir cuatro frases de una canción de un mosquito. Cuando decidí hacer mi primer disco en solitario escribí una letra dedicada a mi madre.
¿Le impactó cumplir 50 años?
A veces me miro en el espejo y no me gusta lo que veo, pero a medida que vas cumpliendo años esa parte de niño que tenemos dentro va aflorando y redescubres el sabor de las pequeñas cosas y recuperas las ganas de aprender.
Si mira atrás, ¿qué es lo importante?
Disfrutar de la vida, porque es un precioso regalo. He tenido la suerte de que el destino me tenía preparado algo que me iba a encantar, la música, porque yo no lo decidí, me señalaron con el dedo.
Usted iba para economista.
Tenía 18 años. Nacho tocaba la guitarra, José cantaba y yo hacía el coro. En una audición Miguel Ángel Arenas, el que descubrió a los Pecos, a Alejandro Sanz y a Mecano, me señaló y dijo: "Canta tú".
Tiene una voz muy especial.
Me costó entender el valor de mi voz, no tenía la calidad técnica de otras cantantes, hasta que asumí mis limitaciones y me dediqué a jugar con la personalidad de mi voz.
¿Cómo vivió el éxito?
Mal, porque soy muy reservada; he llevado muy mal las mentiras que inventaban para vender revistas: amores falsos, y hasta mi muerte. Llevaba fatal no poder salir a la calle sin que alguien no quisiera tocarme.
¿Le hizo daño?
Sí, fue algo tan repentino y tan grande que no supe manejarlo, me volví muy huraña, e incluso perdí amigos porque no quería salir de casa.
Mecano fue mucho Mecano.
... Hasta que en 1992 nos separamos por primera vez y me fui a vivir a Nueva York, luego diez años a Londres, y la distancia me dio perspectiva.
¿Y cómo ha llevado el fracaso?
En mi carrera en solitario me di cuenta de que tu momento es uno. Tuve que aceptar que no es lo mismo Ana Torroja que Mecano, pero disfruto con lo que hago.
Se casó con 43 años.
Ocurrió de manera inesperada, nos casamos a los ocho meses de conocernos. Organicé una cena de familia para contárselo, pensé que se pondrían muy contentos, pero fue silencio total. Por la noche me llamó mi hermano: "Es que estamos un poco preocupados, ¿no crees que es un poco repentino?".
...
"¡¿Tú crees que es repentino casarse a los 43 años?!", le dije. Cuando te llega el amor hay que disfrutarlo, porque es alimento.
Una persona accesible que cree que su destino es hacer felices a los demás.
Bonito destino.
El peligro es abandonarte a ti misma queriendo ayudar a los otros. Cuando ocurre, te quedas como vacía.
¿Muchos desengaños?
Sí, porque me implico y me entrego a tope.
Algo hará mal.
Estoy trabajando en ello. A raíz de un accidente de coche hace tres años, en el que íbamos seis y sobrevivimos cinco, estoy en terapia.
¿Qué ocurrió?
Íbamos a celebrar el cumpleaños de mi marido y se nos cruzó una furgoneta. La vida es tan imprevisible que lo único que tiene sentido es vivirla al minuto, algo que antes del accidente no siempre conseguía.
¿Qué ha descubierto analizándose?
"Eso de ayudar a los demás está muy bien -me decía Paco, mi terapeuta-, pero debes ocuparte de tu niña interior, que la tienes muy abandonada"; y lo estoy consiguiendo.
¿Cómo?
Si tienes un día marrón, siéntelo, no intentes cambiarlo. Ser fuerte no significa ir contra el proceso que tienes que vivir, porque eso es crecimiento.
Ha vivido mucho y aceleradamente.
He vivido mucho, pero me gusta tomarme mi tiempo. En mi carrera hay bastante espacio entre un disco y otro o una gira y otra.
¿Qué ha sido lo más doloroso?
La muerte de mi madre cuando yo tenía 25 años y que no superé hasta que hice esta terapia, 25 años más tarde. Me di cuenta de que cuando tenía que separarme de mi hija lo pasaba muy mal; incluso en una gira tuve tanta angustia que no podía cantar.
...
Gracias a Paco entendí que se debía a que no había podido despedirme de mi madre.
Estaba de gira.
Sí. Cuando la vi, la sacaron de un cajón. Ahora he podido despedirme. Era la persona con la que compartir; la tengo muy presente y sé que le hubiera encantado verme como estoy ahora: feliz con mi marido y mi hija, porque mis relaciones sentimentales fueron caóticas.
¿Sabe por qué?
No es fácil que un hombre entienda mi profesión, siempre viajando, y el hecho de que tú seas más protagonista que ellos tampoco lo llevaban bien. Añada a eso los bulos que salían, de que eras novia de este o de otro.
¿Desgasta mucho compartir escenarios en un grupo de tres?
Sí. Yo era el palo de la balanza, siempre tenía que lidiar entre ellos, pero aprendí mucho, ambos tienen mucho talento.
¿Cuándo empezó a componer canciones?
Nacho me pidió que hiciera el estribillo de una canción que no le salía. Yo soy insegura, no siempre creo en mí misma, y me tiré una semana sin dormir para escribir cuatro frases de una canción de un mosquito. Cuando decidí hacer mi primer disco en solitario escribí una letra dedicada a mi madre.
¿Le impactó cumplir 50 años?
A veces me miro en el espejo y no me gusta lo que veo, pero a medida que vas cumpliendo años esa parte de niño que tenemos dentro va aflorando y redescubres el sabor de las pequeñas cosas y recuperas las ganas de aprender.
Si mira atrás, ¿qué es lo importante?
Disfrutar de la vida, porque es un precioso regalo. He tenido la suerte de que el destino me tenía preparado algo que me iba a encantar, la música, porque yo no lo decidí, me señalaron con el dedo.
Usted iba para economista.
Tenía 18 años. Nacho tocaba la guitarra, José cantaba y yo hacía el coro. En una audición Miguel Ángel Arenas, el que descubrió a los Pecos, a Alejandro Sanz y a Mecano, me señaló y dijo: "Canta tú".
Tiene una voz muy especial.
Me costó entender el valor de mi voz, no tenía la calidad técnica de otras cantantes, hasta que asumí mis limitaciones y me dediqué a jugar con la personalidad de mi voz.
¿Cómo vivió el éxito?
Mal, porque soy muy reservada; he llevado muy mal las mentiras que inventaban para vender revistas: amores falsos, y hasta mi muerte. Llevaba fatal no poder salir a la calle sin que alguien no quisiera tocarme.
¿Le hizo daño?
Sí, fue algo tan repentino y tan grande que no supe manejarlo, me volví muy huraña, e incluso perdí amigos porque no quería salir de casa.
Mecano fue mucho Mecano.
... Hasta que en 1992 nos separamos por primera vez y me fui a vivir a Nueva York, luego diez años a Londres, y la distancia me dio perspectiva.
¿Y cómo ha llevado el fracaso?
En mi carrera en solitario me di cuenta de que tu momento es uno. Tuve que aceptar que no es lo mismo Ana Torroja que Mecano, pero disfruto con lo que hago.
Se casó con 43 años.
Ocurrió de manera inesperada, nos casamos a los ocho meses de conocernos. Organicé una cena de familia para contárselo, pensé que se pondrían muy contentos, pero fue silencio total. Por la noche me llamó mi hermano: "Es que estamos un poco preocupados, ¿no crees que es un poco repentino?".
...
"¡¿Tú crees que es repentino casarse a los 43 años?!", le dije. Cuando te llega el amor hay que disfrutarlo, porque es alimento.
Video "NO ME CANSO" (Acústico), Ana Torroja para "El Periódico de Cataluña:
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