Anoche Madrid acogió la primera cita española con Roxette. Incluímos fotos, críticas y videos.
Last night Madrid received the first Spanish date with Roxette. We include photos, reviews in Spanish and videos.
[Blog "Tras las puertas" de Alberto Quintanilla]
Según los organizadores unos 11.000 asistentes, entre los que tengo el placer de incluirme, vibraron anoche en el Palacio de Vistalegre de Madrid con el dúo sueco Roxette. Aunque la excusa del concierto era el lanzamiento de su último trabajo Charm School, del que sonaron apenas un par de canciones, todos esperábamos sus grandes éxitos o hits más conocidos y así fue.
Había mucho donde elegir, tras 25 años de éxitos del grupo con canciones que ya se han vuelto incluso himnos, generación tras generación. No faltaron Joyride, Crash! Boom! Bang!, The Look, It must have been love, Listen to your heart, How do you do! o Sleeping in my car. Pero las joyas verdaderas fueron baladas muy antiguas tales como Things will never be the same (que tocaron en acústico), Spending my time o Fading like a flower…
Marie Fredriksson y Per Gessle siguen en forma (especialmente éste último). El concierto se hizo corto y podría haber durado algo más aunque eso no quita que hubiera muchísima emoción y especialmente nostalgia entre los muchos asistentes, que siempre podrán (o podremos) decir que vimos un directo de Roxette en su “última” época y sonando a buen nivel.
SET LIST 18.11.11 MADRID
1.Dressed for Success 2. Sleeping in My Car 3. The Big L. 4. Wish I Could Fly 5. Only When I Dream 6. She’s Got Nothing On (But the Radio) 7. Perfect Day 8. Things Will Never Be The Same 9. It Must Have Been Love 10. Opportunity Nox 11. 7Twenty7 12. Fading Like a Flower (Every Time You Leave) 13. Crash! Boom! Bang! 14. How Do You Do! 15. Dangerous 16. Joyride Bis: 17. Spending My Time 18. The Look Bis 2: 19. Listen to Your Heart 20. Church of Your Heart.
Había mucho donde elegir, tras 25 años de éxitos del grupo con canciones que ya se han vuelto incluso himnos, generación tras generación. No faltaron Joyride, Crash! Boom! Bang!, The Look, It must have been love, Listen to your heart, How do you do! o Sleeping in my car. Pero las joyas verdaderas fueron baladas muy antiguas tales como Things will never be the same (que tocaron en acústico), Spending my time o Fading like a flower…
Marie Fredriksson y Per Gessle siguen en forma (especialmente éste último). El concierto se hizo corto y podría haber durado algo más aunque eso no quita que hubiera muchísima emoción y especialmente nostalgia entre los muchos asistentes, que siempre podrán (o podremos) decir que vimos un directo de Roxette en su “última” época y sonando a buen nivel.
SET LIST 18.11.11 MADRID
1.Dressed for Success 2. Sleeping in My Car 3. The Big L. 4. Wish I Could Fly 5. Only When I Dream 6. She’s Got Nothing On (But the Radio) 7. Perfect Day 8. Things Will Never Be The Same 9. It Must Have Been Love 10. Opportunity Nox 11. 7Twenty7 12. Fading Like a Flower (Every Time You Leave) 13. Crash! Boom! Bang! 14. How Do You Do! 15. Dangerous 16. Joyride Bis: 17. Spending My Time 18. The Look Bis 2: 19. Listen to Your Heart 20. Church of Your Heart.
[Rolling Stone, David Gallardo]
Roxette congregan a 10.000 personas en Madrid y divierten con sus estribillos
Marie y Per se decantaron por la vía rápida en una inapelable noche de éxitos en la que el público se dejó llevar por la nostalgia.
Marie y Per se decantaron por la vía rápida en una inapelable noche de éxitos en la que el público se dejó llevar por la nostalgia.
Concierto: Roxette.Lugar: Palacio Vistalegre. Madrid.Fecha: 18 noviembre 2011.Precio: 50,50 euros.Asistencia: 10.000 personas.
Hubo un tiempo en el que Roxette estaba allí, donde todos quieren llegar, en lo más alto, donde da vértigo. Dominadores del mundo durante la transición entre los ochenta y los noventa, incluso tu madre supo quienes eran "la rubita y el pelos", después de que se colaran en los hogares españoles en aquella noche que enfilaba la inquietante nueva década. Y así, perpetuamente vestidos para el éxito, se presentaron anoche Marie Frediksson y Per Gessle ante el público español, taitantos años después. Igual que ayer, con más arrugas, pero frescos, como siempre.Tras el infalible arranque con la citada Dressed for succes, prendió fuego a tope esa pequeña bomba guitarrera que es Sleeping in my car y luego, venga, va, ya empezaba a dar todo igual y The big L puso a corear sin fisuras al respetable. De hecho, se escuchó en demasía cantar al público, que no perdonó ni media, y eso que había tenido apenas tres oportunidades. Wish I could fly templó un poquito los ánimos, mas no las gargantas. A pesar de que presentaban un nuevo álbum publicado hace unos meses, Charm school, hubo que esperar 20 minutos para que cayeran un par de nuevas composiciones: Only when I dream y She's got nothing on (but the radio). A partir de ahí, si te he visto no me acuerdo, vuelta a la gramola.Siempre desgranando ese pop rock inofensivo pero en cierta manera emocionante, sonaron Perfect day, Things will never be the same y esa joya de la corona que es It must have been love, con la que en 1990 conquistaron definitivamente las listas de medio mundo y con la que pusieron banda sonora al estúpido amor entre Richard Gere y Julia Roberts por las (suburbiales y lujosas a partes iguales) calles de Los Angeles en Pretty woman. Un rápido vistazo alrededor para constatar que les echaba de menos mucha más gente de la que muchos preveían de primeras. 10.000 personas vibraron con un fin común: divertirse con estribillos efectivísimos. Complicado es ver en Vistalegre a toda la grada puesta en pie, por una noche con el sonido a babor (la gente cantaba y a partir de ahí, ganas), algo que sucedió básicamente porque las canciones de Roxette puede que no se sepa muy bien donde reposan, pero sí está claro que revivieron desde las gargantas de todos los que dieron sus primeros pasos estre 1975 y 1980. Si no naciste en ese lustro, olvídate de comprenderlo: es tiempo perdido. Más allá de esos cinco años, eres un mago si estuviste anoche en Vistalgre y sentiste algo, más que nada porque estabas fuera generacionalmente hablando. Sin embargo, la música de Roxette sigue siendo evocadora aún con el paso del tiempo, aún con el paso de dos décadas: de hecho ese es su principal valor. Cierto es que Marie jugó a defender con profesionalidad sus tareas vocales, pero cierto también es que Per fue de jugón y se llevó todos los galones con honores. Ella se movió poco, él se movió más, pero el público obtuvo lo que quería, menos mal, y todos aplaudieron, nadie se aburrió, y fuimos directamente a los coros. El repaso a Joyride prosiguió con Fading like a flower, y luego cayó, cual flor caduca, obvio, ese Crash boom bang que sonó casi, casi, al Nothing else matters de Metallica. Con careto a cuadros se quedó alguno en la grada alta. Pero incluso allí se cantó.Porque todos cantaron, todos corearon, todos habían ido a recordar cómo eran 20 años antes. Tarea inútil, pero igualmente adorable, pues diferentes son. Se lo llevaron de calle los suecos, que no fueron tan fríos como parecen en las guías de viajes. De hecho, una nueva pregunta fue How do you do, y una nueva respuesta obvia fue Dangerous, a tope. ¿Y sabéis qué? El pop fue, una vez más, divertido, pase lo que pase. Y tras Watercolours in the rain y la magnífica Spending my time (menos mal que jamás optaron por la versión española Un día sin ti), acometieron The look, imparable viaje en el tiempo hasta donde cada uno pudiera. Bravos, coros, palmas, recuerdos, amores, dolores, enfermedades. Hazte un favor, escucha a tu corazon, esa es tu iglesia. Era complicado, pero Listen to your heart y Church of your heart tenían la clave anoche por algo. Porque así tenía que ser. Porque años después las canciones de Roxette siguen vivas en los corazones de la gente y más secreto no hay. No hay.
Hubo un tiempo en el que Roxette estaba allí, donde todos quieren llegar, en lo más alto, donde da vértigo. Dominadores del mundo durante la transición entre los ochenta y los noventa, incluso tu madre supo quienes eran "la rubita y el pelos", después de que se colaran en los hogares españoles en aquella noche que enfilaba la inquietante nueva década. Y así, perpetuamente vestidos para el éxito, se presentaron anoche Marie Frediksson y Per Gessle ante el público español, taitantos años después. Igual que ayer, con más arrugas, pero frescos, como siempre.Tras el infalible arranque con la citada Dressed for succes, prendió fuego a tope esa pequeña bomba guitarrera que es Sleeping in my car y luego, venga, va, ya empezaba a dar todo igual y The big L puso a corear sin fisuras al respetable. De hecho, se escuchó en demasía cantar al público, que no perdonó ni media, y eso que había tenido apenas tres oportunidades. Wish I could fly templó un poquito los ánimos, mas no las gargantas. A pesar de que presentaban un nuevo álbum publicado hace unos meses, Charm school, hubo que esperar 20 minutos para que cayeran un par de nuevas composiciones: Only when I dream y She's got nothing on (but the radio). A partir de ahí, si te he visto no me acuerdo, vuelta a la gramola.Siempre desgranando ese pop rock inofensivo pero en cierta manera emocionante, sonaron Perfect day, Things will never be the same y esa joya de la corona que es It must have been love, con la que en 1990 conquistaron definitivamente las listas de medio mundo y con la que pusieron banda sonora al estúpido amor entre Richard Gere y Julia Roberts por las (suburbiales y lujosas a partes iguales) calles de Los Angeles en Pretty woman. Un rápido vistazo alrededor para constatar que les echaba de menos mucha más gente de la que muchos preveían de primeras. 10.000 personas vibraron con un fin común: divertirse con estribillos efectivísimos. Complicado es ver en Vistalegre a toda la grada puesta en pie, por una noche con el sonido a babor (la gente cantaba y a partir de ahí, ganas), algo que sucedió básicamente porque las canciones de Roxette puede que no se sepa muy bien donde reposan, pero sí está claro que revivieron desde las gargantas de todos los que dieron sus primeros pasos estre 1975 y 1980. Si no naciste en ese lustro, olvídate de comprenderlo: es tiempo perdido. Más allá de esos cinco años, eres un mago si estuviste anoche en Vistalgre y sentiste algo, más que nada porque estabas fuera generacionalmente hablando. Sin embargo, la música de Roxette sigue siendo evocadora aún con el paso del tiempo, aún con el paso de dos décadas: de hecho ese es su principal valor. Cierto es que Marie jugó a defender con profesionalidad sus tareas vocales, pero cierto también es que Per fue de jugón y se llevó todos los galones con honores. Ella se movió poco, él se movió más, pero el público obtuvo lo que quería, menos mal, y todos aplaudieron, nadie se aburrió, y fuimos directamente a los coros. El repaso a Joyride prosiguió con Fading like a flower, y luego cayó, cual flor caduca, obvio, ese Crash boom bang que sonó casi, casi, al Nothing else matters de Metallica. Con careto a cuadros se quedó alguno en la grada alta. Pero incluso allí se cantó.Porque todos cantaron, todos corearon, todos habían ido a recordar cómo eran 20 años antes. Tarea inútil, pero igualmente adorable, pues diferentes son. Se lo llevaron de calle los suecos, que no fueron tan fríos como parecen en las guías de viajes. De hecho, una nueva pregunta fue How do you do, y una nueva respuesta obvia fue Dangerous, a tope. ¿Y sabéis qué? El pop fue, una vez más, divertido, pase lo que pase. Y tras Watercolours in the rain y la magnífica Spending my time (menos mal que jamás optaron por la versión española Un día sin ti), acometieron The look, imparable viaje en el tiempo hasta donde cada uno pudiera. Bravos, coros, palmas, recuerdos, amores, dolores, enfermedades. Hazte un favor, escucha a tu corazon, esa es tu iglesia. Era complicado, pero Listen to your heart y Church of your heart tenían la clave anoche por algo. Porque así tenía que ser. Porque años después las canciones de Roxette siguen vivas en los corazones de la gente y más secreto no hay. No hay.
[El País, Fernando Neira]
El éxito en forma de tic.
Uf, el eterno dilema sobre los años ochenta. Sus detractores tienden a olvidar que fueron la década de los Smiths o los primeros REM. Y los partidarios han de justificar fenómenos como el de Roxette, que despachó 75 millones de discos con un pop rampante, liofilizado, sin vitaminas ni minerales. Tras una década de inactividad, el dúo sueco regresó ayer por Vistalegre con suficiente brío como para demostrar un par de cosas. Una: su cantante, Marie Fredriksson, se ha recuperado del tumor cerebral que la mantuvo en barbecho. Y dos: la nostalgia mueve montañas (y a más de 6.000 espectadores). Pero si un túnel del tiempo nos devolviera hasta 1988, tendríamos que volver a escuchar The look a todas horas. Mejor quedarnos como estamos, decrépitos, aturullados y todo.
Marie, diminuta y corajuda, conserva el pelo plateado y escuetísimo, mientras a Per Gessle le siguen encantando las posturitas. Completan la escena una corista con pandereta, un guitarrista a lo Jack Black y un bajista y teclista trajeados, pero informales. Tan arquetípicos que parecen los anfitriones para una gala eurovisiva.
Empezaron con platos fuertes (Dressed for success, Sleeping in my car, The big L) antes de introducir varios temas del álbum más reciente, Charm school. "Solo unos pocos", prometió Gessle, al que solo le faltó añadir un adverbio: afortunadamente. Wish I could fly supone una fotocopia apresurada de It must have been love (que llegaría poco después), Only when I dream es paupérrima y She's got nothing on (but the radio) parece salida de un taller de compositores para triunfitos. El tramo final sirvió para que el público recobrase la euforia con How do you do, Spending my time, Joyride o, ejem, una recreación guitarrera de Paquito el chocolatero.
En realidad, el éxito de Roxette sigue nutriéndose de sus muchos tics: estribillos coreables, pero tan monocordes como los pronósticos electorales del 20N; baladas de mechero, poses de rockeros inspiradas en videojuegos. Quizás sirvan para unos achuchones en la noche del viernes, pero necesitamos argumentos de mayor enjundia para doblegar el desánimo del otoño.
[jenesaispop.com, Sebas]
Roxette llenan el Palacio Vistalegre de Madrid
Nada como enterarte de que un grupo amplía recinto (como ha sucedido con Roxette en Barcelona, donde actúan esta noche) para que te entren ganas de ir. Aunque ningún crítico lo vaticinara en 1988, había gran expectación en pleno 2011 por ver a Roxette también en Madrid, ciudad por la que no pasaban desde hacía diez años, antes de que a Marie Fredriksson le diagnosticaran un tumor cerebral en 2002. En octubre de 2001 estuvieron en La Riviera, pero esta vez han tenido que actuar en un recinto mucho más grande, el Palacio Vistalegre, con capacidad para unas 10.000 personas. No se agotaron las localidades, pero sólo algunos asientos de las grada superior quedaron sin cubrir. El resto y la pista, a rebosar de seguidores que sólo excepcionalmente bajaban de los 30.
Aunque incluso algunos asistentes lo desconocían, el dúo ha publicado un disco este año, ‘Charm School‘, un álbum nada desastroso de canciones medio apañadas al que incluso podrían haber sacado algo más de lustre anoche. Pero sólo hubo un par de concesiones, el single ‘She’s Got Nothing On (But the Radio)’ y ‘Only When I Dream’. Interpretaron más canciones de ‘Look Sharp!’, ‘Joyride’ y dieron también peso hasta a ‘Have A Nice Day’.
Y es que el grupo sabía a lo que venía. Después de verles comenzar con dos de sus más grandes canciones, ‘Dressed for Success’ y ‘Sleeping In My Car’, es difícil imaginar un arranque mejor para su repertorio, plagado de estribillos tarareables e imperecederos, de los que nadie se ha olvidado ni llevando 15 años sin escucharlos. Pronto aparecen baladas como ‘Wish I Could Fly’ o, a la media hora de set, una acústica ‘It Must Have Been Love’ que el público canta a capella de pe a pa, para a continuación convertirse en la versión con banda completa que se popularizó vía ‘Pretty Woman’. En esta canción, su teclista y productor desde siempre, Clarence Öfwerman, muy querido por sus fans, muestra su habilidad tocando un teclado en modo piano y otro en modo sintetizador ochentero prácticamente a la vez.
El grupo se asiste también de un bajista, un batería, una corista-bailarina con pandereta que sería la envidia de Mika y de un guitarrista de pantalones acampanados y con flecos que de repente se anima con una versión a la eléctrica de ‘Paquito El Chocolatero’, que el respetable recibe fenomenal. Como era de esperar, hay momentos horterillas en un concierto que también presentó un sonido ligeramente imperfecto (el batiburrillo habitual de voces, graves y guitarras de este tipo de recintos), pero canciones como ‘Crash! Boom! Bang!’, ‘How Do You Do?’ o ‘Joyride’ mantienen el nivel de entretenimiento alto, al tiempo que el escenario brilla cual cielo estrellado y se lanzan balones gigantes al público con la palabra “Roxette”.
El bis deja ‘Spending My Time’ (no hubo, lástima, versiones en español) y la más esperada, ‘The Look’, una de las mejores canciones de su año, unida a una especie de coda con ‘Hey Jude’ en la que hay que cantar “she’s got the look” en lugar de “hey jude”. La ovación es máxima, el público no ha dejado de tararear el nombre del dúo y Marie y Per, todo energía y buen rollo sobre el escenario (da gusto verle disfrutar tanto de su música 25 años después), vuelven a salir para cerrar con ‘Listen To Your Heart’ y un pequeño retazo folk en ‘Church of your Heart’. Marie, bastante recuperada y correcta en voz, abandona el escenario abrazada a Per. A pesar de los altibajos, una bonita imagen que también pertenece a la historia del pop.
Video "HOW DO YOU DO+DANGEROUS", Roxette @ Madrid (18/11/2011):
Video "LISTEN TO YOUR HEART" en vivo/live @ Madrid (18/11/2011):
Video "THINGS WILL NEVER BE THE SAME" en vivo/live @ Madrid (18/11/2011):
Video fin del concierto Roxette end of concert, Madrid (18/11/2011):
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